La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2025-04-28 lo siguiente:
1 Co 1, 18-25
Salmo Responsorial Sal 116, 1. 2
Mc 1, 14-20
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 23-31
En aquellos días, puestos en libertad, Pedro y Juan volvieron al grupo de los suyos
y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.
Al oírlo, todos juntos invocaron a Dios en voz alta:
—«Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen; tú inspiraste a
tu siervo, nuestro padre David, para que dijera:
"¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los
reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías."
Así fue: en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el
pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, tu Ungido, para realizar cuanto tu
poder y tu voluntad hablan determinado. Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan,
y da a tus siervos valentía para anunciar tu palabra; mientras tu brazo realiza
curaciones, signos y prodigios, por el nombre de tu santo siervo Jesús.»
Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el
Espíritu Santo, y anunciaban con valentía la palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 2, 1-3. 4-6. 7-9 (R/.: cf. 12d)
R/. Dichosos los que se refugian en ti, Señor (o bien: Aleluya).
¿Por qué se amotinan las naciones, y los pueblos planean un fracaso? Se alían los
reyes de la tierra, los príncipes conspiran contra el Señor y contra su Mesías:
«Rompamos sus coyundas, sacudamos su yugo». R/.
El que habita en el cielo sonríe, e! Señor se burla de ellos. Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera: «Yo mismo he establecido a mi rey en Sión, mi monte
santo.» R/.
Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo: yo te he
engendrado hoy. Pídemelo: te daré en herencia las naciones, en posesión, los
confines de la tierra: los gobernarás con cetro de hierro, los quebrarás como jarro de
loza.» R/.
Aleluya Col 3, 1
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está
Cristo, sentado a la derecha de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le
dijo:
—«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie
puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.»
Jesús le contestó:
—«Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.»
Nicodemo le pregunta:
—«¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez
entrar en el vientre de su madre y nacer?»
Jesús le contestó:
—«Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino
de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te
extrañes de que te haya dicho: "Tenéis que nacer de nuevo"; el viento sopla donde
quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el
que ha nacido del Espíritu.»