La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2024-05-27 lo siguiente:
1 Ts 2, 2b-8
Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10
Mt 9, 35-38
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia
incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo.
La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse
en el momento final.
Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas
diversas: así la comprobación de vuestra fe de más precio que el oro que, aunque
perecedero, lo aquilatan a fuego llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se
manifieste Jesucristo.
No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con
un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra
propia salvación.
Salmo responsorial Sal 110, 1-2. 5-6. 9 y 10c.
V/. El Señor recuerda siempre su alianza.
R/. El Señor recuerda siempre su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la
asamblea.
Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/.
V/. El da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza.
Mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, dándoles la heredad de los gentiles.
V/. Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza; la alabanza
del Señor dura por siempre. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se
arrodilló y le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?
Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios.
Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no
darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.
El replicó: Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende lo que
tienes, dale el dinero a los pobres─así tendrás un tesoro en el cielo─, y luego
sígueme.
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Qué difícil les va a ser a los ricos
entrar en el Reino de Dios ! Los discípulos se extrañaron de estas palabras.
Jesús añadió: Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el Reino de Dios a los que ponen su
confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja,
que a un rico entrar en el Reino de Dios.
Ellos se espantaron y comentaban: Entonces, ¿quién puede salvarse? Jesús se les
quedó mirando y les dijo: Es imposible para los hombres, no para Dios.
Dios lo puede todo.