La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2025-06-27 lo siguiente:
2 Tm 4, 1-5
Salmo Responsorial Sal 88, 2-3. 4-5. 21-22. 25 y 27
Mt 5, 13-19
Lectura de la profecía de Ezequiel 34, 11-16
Así dice el Señor Dios:
«Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro.
Como sigue el pastor el rastro de su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan,
así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré,
sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y
nubarrones.
Las sacaré de entre los pueblos, las congregaré de los países,
las traeré a su tierra, las apacentaré en los montes de Israel, en las cañadas y en los
poblados del país.
Las apacentaré en ricos pastizales, tendrán sus dehesas en los montes más altos de
Israel;
se recostarán en fértiles dehesas y pastarán pastos jugosos en los montes de Israel.
Yo mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear —oráculo del Señor
Dios—.
Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas;
vendaré a las heridas; curaré a las enfermas;
a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido.»
Salmo responsorial Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 (R.: 1)
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me
conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por
cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me
sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con
perfume, y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en
la casa del Señor por años sin término. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 5b-11
Hermanos:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que
se nos ha dado.
En efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado,
Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por
un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos
ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con
cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del
castigo!
Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su
Hijo, ¡con cuanta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!
Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo,
por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Aleluya Mt 11, 29ab
Cargad con mi yugo y aprended de mí —dice el Señor—, que soy manso y humilde
de corazón.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 3-7
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos y escribas esta parábola:
—«Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y
nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la
encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a
los amigos y a los vecinos para decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que
se me había perdido."
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.»