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MISA LA SAGRADA FAMILIA 2020

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2020-12-27 lo siguiente:

  • SAN JUAN, APÓSTOL Y EVANGELISTA, Fiesta 2020:

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Os anunciamos lo que hemos visto y oído

    Comienzo de la primera carta del apóstol san Juan 1, 1-4

    Queridos hermanos: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 96, 1-2. 5-6. 11-12 (R.: 12a)

    R. Alegraos, justos, con el Señor.
    El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo
    rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R.
    Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra;los cielos
    pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. R.
    Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón. Alegraos,
    justos, con el Señor, celebrad su santo nombre. R.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya

    A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti te ensalza el glorioso
    coro de los apóstoles.

    EVANGELIO DE LA MISA

    El otro discípulo corría más que Pedro y llegó primero al sepulcro

    Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 2-8

    El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: -«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.» Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían! juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro;se adelantó y llegó primero al sepulcro;y, asomándose, vio las vendas en el suelo;pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro;vio y creyó.

  • LA SAGRADA FAMILIA 2020:

    Tiempo de Navidad.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Lectura del Libro del Eclesiástico 3, 3-7. 14-17a.

    Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la
    madre sobre la prole.
    El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula
    tesoros;
    el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y cuando rece, será escuchado;
    el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor le
    escucha.
    Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones, mientras vivas;
    aunque chochee, ten indulgencia,
    no lo abochornes, mientras vivas.
    La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus
    pecados;
    el día del peligro se acordará de ti y deshará tus pecados como el calor la
    escarcha.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 127, 1-2. 3. 4-5

    V/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!
    R/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!
    V/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!
    Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.
    R/. ¡Dichoso el que teme al Señor,
    y sigue sus caminos!
    R/. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;
    tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.
    R/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!
    V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
    Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos
    los días de tu vida.
    R/. ¡Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos!

    SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

    Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3, 12-21.

    Hermanos :
    Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme: la
    misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión.
    Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro.
    El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.
    Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.
    Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón: a ella habéis sido
    convocados, en un solo cuerpo.
    Y celebrad la Acción de Gracias: la Palabra de Cristo habite entre vosotros en
    toda su riqueza;enseñaos unos a otros con toda sabiduría;exhortaos mutuamente.
    Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos
    inspirados.
    Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús,
    ofreciendo la Acción de Gracias a Dios Padre por medir, de él.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya Col 3, 15a. 16a

    Aleluya, aleluya.
    Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón;
    que la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza.
    Aleluya.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 22-40.

    Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés,
    llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor [(de acuerdo con lo escrito en
    la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor») y para
    entregar la oblación (como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos
    pichones»).
    Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y
    piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel;y el Espíritu Santo moraba en él.
    Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al
    Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu Santo, fue al templo.
    Cuando entraban con el Niño Jesús sus padres (para cumplir con él lo previsto
    por la ley), Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
    Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz;porque mis
    ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para
    alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel.
    José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía del niño.
    Simeón los bendijo diciendo a María, su madre:
    —Mira: Este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten;será
    como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a
    ti una espada te traspasará el alma.
    Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una
    mujer muy anciana: de jovencita había vivido siete años casada, y llevaba ochenta y
    cuatro de viuda;no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con
    ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba
    del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel].
    Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a
    Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se
    llenaba de sabiduría;y la gracia de Dios lo acompañaba.

    Notas

    • Si el Aleluya no se canta, puede omitirse
    • El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z