La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2021-07-22 lo siguiente:
Lectura del libro del Cantar de los cantares 3, 1-4a
Así dice la esposa:
«En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré.
Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma;lo busqué y no lo encontré.
Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad:
-”¿Visteis al amor de mi alma?”
Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)
R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale
más que la vida, te alabaran mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de
enjundia y de manteca, y mis labios te alabaran jubilosos. R.
Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo;mi alma está
unida a ti, y tu diestra me sostiene. R.
Aleluya
«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba
abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja.»
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1. 11-18
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomo al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: -«Mujer, ¿por que lloras?» Ella les contesta: -«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: -«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: -«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.» Jesús le dice: -« ¡María! » Ella se vuelve y le dice: -«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» Jesús le dice: -«Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.”» María Magdalena fue y anunció a los discípulos: -«He visto al Señor y ha dicho esto.»
Lectura del libro del Éxodo 19, 1-2. 9-11. 16-20b
Aquel día, a los tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de
Sinaí;saliendo de Rafidim llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente al
monte.
El Señor dijo a Moisés: Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo
pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante.
Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho.
Y el Señor le dijo: Vuelve a tu pueblo, purifícalos hoy y mañana, que se laven la
ropa y estén preparados para pasado mañana;pues el Señor bajará al monte Sinaí
a la vista del pueblo.
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el
monte y un poderoso resonar de trompeta;y todo el pueblo que estaba en el
campamento se echó a temblar.
Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se
detuvieron al pie del monte.
Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de
fuego.
Subía el humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia.
El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte;Moisés hablaba y Dios le
respondía con el trueno.
El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la
montaña.
Salmo responsorial Dn 3, 52. 53. 54. 55. 56
V/. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.
R/. A ti gloria y alabanza por los siglos.
V/. Bendito tu nombre santo y glorioso: R/.
V/. Bendito eres en el templo de tu santa gloria: R/.
V/. Bendito eres sobre el trono de tu reino: R/.
V/. Bendito eres tú, que, sentado sobre querubines, sondeas los abismos: R/.
V/. Bendito eres en la bóveda del cielo: R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: ¿Por qué les
hablas en parábolas? El les contestó: A vosotros se os ha concedido conocer los
secretos del Reino de los Cielos y a ellos no.
Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta
lo que tiene.
Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender.
Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: «Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;porque está embotado el corazón de este pueblo, son
duros de oído, han cerrado los ojos;para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure».
Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.
Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo
vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.