La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2022-05-20 lo siguiente:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 8-12
En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: -«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre;pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos;por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular;ningún otro puede salvar;bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»
Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7. 8-9. 10 (R.: 8a y 9a)
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Yo esperaba con ansia al Señor;él se inclinó y escuchó mi grito;me puso en la boca
un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. R.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído;no pides
sacrificio expiatorio. R'
Entonces yo digo: «Aquí estoy -como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;no he cerrado los labios;Señor,
tú lo sabes. R.
Lc 9, 57-62
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 15, 22-31
En aquellos días, los apóstoles y los presbíteros con toda la Iglesia acordaron elegir
algunos de ellos y mandarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Eligieron a Judas
Barsabá y a Silas, miembros eminentes entre los hermanos, y les entregaron esta
carta:
«Los apóstoles y los presbíteros hermanos saludan a los hermanos de Antioquía,
Siria y Cilicia convertidos del paganismo.
Nos hemos enterado de que algunos de aquí, sin encargo nuestro, os han alarmado
e inquietado con sus palabras. Hemos decidido, por unanimidad, elegir algunos y
enviároslos con nuestros queridos Bernabé y Pablo, que han dedicado su vida a la
causa de nuestro Señor Jesucristo. En vista de esto, mandamos a Silas y a Judas, que
os referirán de palabra lo que sigue: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros,
no imponeros más cargas que las indispensables: que os abstengáis de carne
sacrificada a los ídolos, de sangre, de animales estrangulados y de la fornicación.
Haréis bien en apartaros de todo esto. Salud.»
Los despidieron, y ellos bajaron a Antioquía, donde reunieron a la Iglesia y
entregaron la carta. Al leer aquellas palabras alentadoras, se alegraron mucho.
Salmo responsorial Sal 56, 8-9. 10-12 (R/.: 10a)
R/. Te daré gracias ante los pueblos, Señor (o bien: Aleluya).
Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;despertad, cítara y arpa;despertaré a la aurora. R/.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;tocaré para ti ante las naciones: por tu
bondad, que es más grande que los cielos;por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío, y llene la tierra tu gloria. R/.
Aleluya Jn 15, 15b
A vosotros os llamo amigos —dice el Señor—, porque todo lo que he oído a mi
Padre os lo he dado a conocer.
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 12-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os
llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he
destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os
améis unos a otros.»