La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2022-05-15 lo siguiente:
Lectura del libro del Génesis 1, 1-2. 11-13. 26-28
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe;sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: -«Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra.» Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. Y dijo Dios: -«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza;que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.» Y creó Dios al hombre a su imagen;a imagen de Dios lo creó;hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: -«Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla;dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.»
SALMO RESPONSORIAL Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: 2a)
R. Su gozo es la ley del Señor (O bien: Aleluya).
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se
marchitan sus hojas;y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así;serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege
el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Aleluya Jn 15, 9b. 5b
Permaneced en mi amor -dice el Señor-;el que permanece en mí y yo en él, ése da
fruto abundante.
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-7
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca;luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.»
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 21b-27
En aquellos días, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que
hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al
Señor, en quien habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron
en Perge, bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían
enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de
ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Salmo responsorial Sal 144, 8-9. 10-11. 12-13ab (R.: cf. 1)
R. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey. (O bien: Aleluya.)
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;el Señor es
bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles;que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu
reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera
tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén,
que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna
para su esposo. Y escuché una voz potente que decía desde el trono: —«Ésta es la
morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y
Dios estará con ellos y será su Dios. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá
muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.» Y el que
estaba sentado en el trono dijo: —«Todo lo hago nuevo.»
Aleluya Jn 13, 34
Os doy un mandamiento nuevo —dice el Señor—: que os améis unos a otros, como
yo os he amado.
Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 31-33a. 34-35
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús:
—«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es
glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros.
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros;como yo os he amado,
amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois
discípulos míos será que os amáis unos a otros.»