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MISA DÍA DE PENTECOSTÉS 2018

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2018-05-20 lo siguiente:

  • San Bernardino de Siena, presbítero 2018:

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Ningún otro puede salvar

    Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 4, 8-12

    En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: -«Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre;pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos;por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular;ningún otro puede salvar;bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 39, 2 y 4ab. 7. 8-9. 10 (R.: 8a y 9a)

    R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
    Yo esperaba con ansia al Señor;él se inclinó y escuchó mi grito;me puso en la boca
    un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. R.
    Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído;no pides
    sacrificio expiatorio. R'
    Entonces yo digo: «Aquí estoy -como está escrito en mi libro-
    para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R.
    He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;no he cerrado los labios;Señor,
    tú lo sabes. R.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Lc 9, 57-62

    Notas

  • DÍA DE PENTECOSTÉS 2018:

    Tiempo de Pascua.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar

    Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11

    Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del
    cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron
    aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno.
    Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno
    en la lengua que el Espíritu le sugería.
    Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra.
    Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía
    hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban:
    —¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿como es que cada uno
    los oímos hablar en nuestra lengua nativa?
    Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea,
    Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia
    que limita con Cirene;algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos;
    también hay cretenses y árabes;y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en
    nuestra propia lengua.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31 y 34

    V/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra. (o, Aleluya)
    R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de 1a tierra.
    V/. Bendice, alma mía, al Señor. ¡Dios mío que grande eres !
    Cuántas son tus obras, Señor;la tierra está llena de tus criaturas.
    R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
    V/. Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo;
    envías tu aliento y los creas, y repueblas la faz de la tierra.
    R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
    V/. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras.
    Que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor.
    R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

    SEGUNDA LECTURA DE LA MISA

    Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo

    Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12, 3b-7. 12-13

    Hermanos :
    Nadie puede decir «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
    Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu;
    hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor;
    y hay diversidad de funciones,
    pero un mismo Dios que obra todo en todos.
    En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
    Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros,
    y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un
    solo cuerpo, así es también Cristo.
    Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un
    mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

    SECUENCIA DE LA MISA

    Ven, Espíritu divino,
    manda tu luz desde el cielo.
    Padre amoroso del pobre;
    don, en tus dones espléndido;
    luz que penetra las almas;
    fuente del mayor consuelo.
    Ven, dulce huésped del alma,
    descanso de nuestro esfuerzo
    tregua en el duro trabajo,
    brisa en las horas de fuego,
    gozo que enjuga las lágrimas
    y reconforta en los duelos.
    Entra hasta el fondo del alma,
    divina luz, y enriquécenos.
    Mira el vacío del hombre
    si tu le faltas por dentro;
    mira el poder del pecado
    cuando no envías tu aliento.
    Riega la tierra en sequía,
    sana el corazón enfermo,
    lava las manchas, infunde
    calor de vida en el hielo,
    doma el espíritu indómito,
    guía al que tuerce el sendero.
    Reparte tus siete dones
    según la fe de tus siervos.
    Por tu bondad y tu gracia
    dale al esfuerzo su mérito;
    salva al que busca salvarse
    y danos tu gozo eterno.
    Amén.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya, aleluya.
    Ven, Espíritu Santo,
    llena los corazones de tus fieles
    y enciende en ellos la llama de tu amor.
    Aleluya.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo

    Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 19-23.

    Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una
    casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en
    medio y les dijo:
    —Paz a vosotros.
    Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de
    alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
    —Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
    Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
    —Recibid el Espíritu Santo;a quienes les perdonéis los pecados, les quedan
    perdonados;a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

    Notas

    • En los lugares en que el lunes y martes después de Pentecostés son días en que los fieles deben o suelen participar en la misa, puede tomarse la misa del Domingo de Pentecostés, o decirse la misa del Espíritu Santo.
    • Si el Aleluya no se canta, puede omitirse.
  • SÁBADO DE VIGILIA DE PENTECOSTES 2018:

    Tiempo de Pascua.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Se llamó Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra

    Lectura del Libro del Génesis 11, 1-9.

    Toda la tierra hablaba una sola lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el
    hombre) de Oriente, encontraron una llanura en el país de Sinaar y se establecieron allí.
    Y se dijeron unos a otros.
    —Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos (emplearon ladrillos en vez de piedras, y
    alquitrán en vez de cemento).
    Y dijeron:
    —Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos
    famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.
    El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres y se
    dijo:
    —Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su
    actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir
    su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.
    El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.
    Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y
    desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 103, 1-2a. 24 y 35c. 27-28. 29bc-30

    V/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra. (o, Aleluya).
    R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
    V/. Bendice, alma mía, al Señor.
    ¡Dios mío, qué grande eres!
    Te vistes de belleza y majestad,
    la luz te envuelve como un manto.
    R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
    V/. Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría;la tierra está llena
    de tus criaturas. ¡Bendice, alma mía, al Señor!
    R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
    V/. Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo;se la echas y la atrapan,
    abres tu mano y se sacian de bienes.
    R/. Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
    V/. Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo;envías tu aliento y los creas,
    y repueblas la faz de la tierra.
    R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

    EPÍSTOLA

    Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 22-27.

    Hermanos :
    Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de
    parto.
    Y no sólo eso;también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en
    nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
    Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve, ya no es esperanza.
    ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve?
    Cuando esperamos lo que no vemos, esperamos con perseverancia.
    Así también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no
    sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
    gemidos inefables.
    El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión
    por los santos es según Dios.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya

    Aleluya, aleluya.
    Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu
    amor.
    Aleluya.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Manarán torrentes de agua viva

    Lectura del santo Evangelio según San Juan 7, 37-39.

    El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba:
    —El que tenga sed, que venga a mí;
    el que cree en mí que beba.
    (Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de
    agua viva.)
    Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los
    que creyeran en él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque
    Jesús no había sido glorificado.

    Notas

    • Puede escogerse también como primera lectura cualquiera de las siguientes
      1. Lectura del Libro del Éxodo 19, 3-8a. 16-20b.
      2. Lectura del Profeta Ezequiel 37, 1-14.
      3. Lectura del Profeta Joel 2, 28-32
      .

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z