La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2025-11-16 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 14-19
Hermanos: Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.
Salmo responsorial Sal 22, 1-3. 4. 5. 6 (R.: 1)
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me
conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y
tu cayado me sosiegan. R.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con
perfume, y mi copa rebosa. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en
la casa del Señor por años sin término. R.
Jn 15, 1-8
Lectura de la profecía de Malaquías 3, 19-20a
Mirad que llega el día, ardiente como un horno:
malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir
—dice el Señor de los ejércitos—, y no quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud
en las alas.
Salmo responsorial Sal 97, 5-6. 7-9a. 9bc (R.: cf. 9)
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de
trompetas, aclamad al Rey y Señor. R.
Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos,
aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra. R.
Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-12
Hermanos:
Ya sabéis como tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin
trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos
cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie.
No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quisimos daros un ejemplo
que imitar.
Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no trabaja, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no
hacer nada.
Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen
con tranquilidad para ganarse el pan.
Aleluya Lc 21, 28
Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5-19
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la
piedra y los exvotos. Jesús les dijo:
—«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra:
todo será destruido.»
Ellos le preguntaron:
—«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para
suceder?»
Él contestó:
—«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi
nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo:
—«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y
en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las
sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa
mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.
Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y
sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y
matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mia.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis
vuestras almas.»