La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2025-11-15 lo siguiente:
Si 15, 1-6
Salmo Responsorial Sal 118, 9. 10. 11. 12. 13. 14
Mt 13, 47-52
Lectura del libro de la Sabiduría 18, 14-16; 19, 6-9
Un silencio sereno lo envolvía todo, y al mediar la noche su carrera, tu Palabra
todopoderosa se abalanzó, como paladín inexorable, desde el trono real de los
cielos al país condenado.
Llevaba como espada afilada tu orden terminante; se detuvo y lo llenó todo de
muerte; pisaba la tierra y tocaba el cielo.
Toda la creación, cumpliendo tus órdenes, fue configurada de nuevo en su
naturaleza, para guardar incólumes a tus siervos.
Se vio la nube dando sombra al campamento, la tierra firme emergiendo donde
había antes agua, el mar Rojo convertido en camino practicable y el violento
oleaje hecho una vega verde; por allí pasaron, en formación compacta, los que
iban protegidos por tu mano, presenciando prodigios asombrosos.
Retozaban como potros y triscaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su
libertador.
Salmo responsorial Sal 104, 2-3. 36-37. 42-43
V/. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas; gloriaos de su
nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. R/.
V/. Hirió de muerte a los primogénitos del país, primicias de su virilidad. Sacó a
su pueblo cargado de oro y plata, y entre sus tribus nadie tropezaba. R/.
Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a su siervo
Abrahán: sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre
sin desanimarse, les propuso esta parábola: Había un juez en una ciudad que ni
temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a
mi adversario» ; por algún tiempo se negó, pero después se dijo: «Aunque ni
temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le
haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara».
Y el Señor añadió: Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios ¿no hará justicia a
sus elegidos que le gritan día y noche ? ¿o les dará largas ? Os digo que les hará
justicia sin tardar.
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?