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MISA SÁBADO DE LA VIGÉSIMA TERCERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2018

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2018-09-15 lo siguiente:

  • Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, Memoria 2018:

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    El evangelio de esta memoria es propio Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna

    Lectura de la carta a los Hebreos 5, 7-9

    Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 30, 2-3a. 3b-4. 5-6. 15-16. 20 (R.: 17b)

    R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
    A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado;tú, que eres justo, ponme a
    salvo, inclina tu oído hacia mí. R.
    Ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que
    eres mi roca y mi baluarte;por tu nombre dirígeme y guíame. R.
    Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos
    encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. R.
    Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.» En tu mano están mis azares:
    líbrame de los enemigos que me persiguen. R.
    Qué bondad tan grande, Señor, reservas para tus fieles, y concedes a los que a ti se
    acogen a la vista de todos. R.

    SECUENCIA DE LA MISA

    La Madre piadosa estaba
    junto a la cruz y lloraba
    mientras el Hijo pendía;
    cuya alma, triste y llorosa,
    traspasada y dolorosa,
    fiero cuchillo tenía.
    ¡Oh cuán triste y cuán aflicta
    se vio la Madre bendita,
    de tantos tormentos llena!
    Cuando triste contemplaba
    y dolorosa miraba
    del Hijo amado la pena.
    Y ¿cuál hombre no llorara,
    si a la Madre contemplara
    de Cristo, en tanto dolor?
    ¿Y quién no se entristeciera,
    Madre piadosa, si os viera
    sujeta a tanto rigor?
    Por los pecados del mundo,
    vio a Jesús en tan profundo
    tormento la dulce Madre.
    Vio morir al Hijo amado,
    que rindió desamparado
    el espíritu a su Padre.
    ¡Oh dulce fuente de amor!,
    hazme sentir tu dolor
    para que llore contigo.
    Y que, por mi Cristo amado,
    mi corazón abrasado
    más viva en él que conmigo.
    Y, porque a amarle me anime,
    en mi corazón imprime
    las llagas que tuvo en sí.
    Y de tu Hijo, Señora,
    divide conmigo ahora
    las que padeció por mí.
    Hazme contigo llorar
    y de veras lastimar
    de sus penas mientras vivo;
    porque acompañar deseo
    en la cruz, donde le veo,
    tu corazón compasivo.
    ¡Virgen de vírgenes santas!,
    llore ya con ansias tantas,
    que el llanto dulce me sea;
    porque su pasión y muerte
    tenga en mi alma, de suerte
    que siempre sus penas vea.
    Haz que su cruz me enamore
    y que en ella viva y more
    de mi fe y amor indicio;
    porque me inflame y encienda,
    y contigo me defienda
    en el día del juicio.
    Haz que me ampare la muerte
    de Cristo, cuando en tan fuerte
    trance vida y alma estén;
    porque, cuando quede en calma
    el cuerpo, vaya mi alma
    a su eterna gloria. Amén.

    Aclamación del Evangelio

    Aleluya

    Feliz la Virgen María,
    que, sin morir, mereció la palma del martirio
    junto a la cruz del Señor.

    EVANGELIO DE LA MISA

    Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena

    Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 25-27

    En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
    Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
    -«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
    Luego, dijo al discípulo:
    -«Ahí tienes a tu madre.»
    Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
    Palabra del Señor.

    Notas

    • Esta secuencia es potestativa, y puede decirse entera o en forma abreviada, desde las palabras: Y, porque a amarle me anime.
  • SÁBADO DE LA VIGÉSIMA TERCERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO 2018:

    Tiempo Ordinario.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Aunque somos muchos, formemos un solo cuerpo, porque comemos todos el mismo pan

    Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 10, 14-22a.

    Amigos míos: No tengáis que ver con la idolatría.
    Os hablo como a gente sensata, formaos vuestro juicio sobre lo que digo.
    El cáliz de nuestra Acción de Gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo? Y
    el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo ? El pan es uno, y
    así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos
    todos del mismo pan.
    Considerad al pueblo de Israel: los que comen de las víctimas se unen al altar.
    ¿Qué quiero decir? ¿Que las víctimas son algo o que los ídolos son algo? No, sino
    que los paganos ofrecen sus sacrificios a los demonios, no a Dios, y no quiero que
    os unáis a los demonios.
    No podéis beber de las dos copas, de la del Señor y de la de los demonios.
    No podéis participar de las dos mesas, de la del Señor y de la de los demonios.
    ¿Vamos a provocar al Señor? ¿Es que somos más fuertes que él?

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 17-18.

    V/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
    R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
    V/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho ? Alzaré el cáliz de la
    salvación, invocando su nombre. R/.
    V/. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
    Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/.

    EVANGELIO DE LA MISA

    ¿Por qué me llamáis «Señor, Señor» , y no hacéis lo que digo?

    Lectura del santo Evangelio según San Lucas 6, 43-49

    En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: No hay árbol sano que dé fruto
    dañado, ni árbol dañado que dé fruto sano.
    Cada árbol se conoce por su fruto: porque no se cosechan higos de las zarzas, ni se
    vendimian racimos de los espinos.
    El que es bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es
    malo, de la maldad saca el mal;porque lo que rebosa del corazón, lo habla la
    boca.
    ¿Por qué me llamáis «Señor, Señor» , y no hacéis lo que digo? El que se acerca a mí,
    escucha mis palabras y las pone por obra, os voy a decir a quién se parece: se
    parece a uno que edificaba una casa: cavó, ahondó y puso los cimientos sobre
    roca;vino una crecida, arremetió el río contra aquella casa, y no pudo
    tambalearla, porque estaba sólidamente construida.
    El que escucha y no pone por obra se parece a uno que edificó una casa sobre tierra,
    sin cimiento;arremetió contra ella el río, y enseguida se derrumbó
    desplomándose.

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z