La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2022-10-15 lo siguiente:
Lectura del libro del Eclesiástico 15, 1-6
El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud;lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia;apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará;lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea;lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria;alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.
Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19 (R.: Sal 21, 23)
R. Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas
las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has
afianzado tu fidelidad. R.
El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los
ángeles. ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los
seres divinos? R.
Dios es temible en el consejo de los ángeles, es grande y terrible para toda su corte.
Señor de los ejércitos, ¿quién como tú? El poder y la fidelidad te rodean. R.
Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;tu
nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R.
Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder. Porque el
Señor es nuestro escudo, y el Santo de Israel nuestro rey. R.
Aleluya Si 39, 14
Los pueblos contarán su sabiduría, y la asamblea anunciará su alabanza.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: -«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. - Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 1, 15-23
Hermanos: Yo, que he oído hablar de vuestra fe en Cristo y de vuestro amor a todo
el pueblo santo, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mi oración,
a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé
espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo.
Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la
que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos y cuál la
extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la
eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los
muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado,
potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo
en este mundo, sino en el futuro.
Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo.
Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos.
Salmo responsorial Sal 8, 2-3a. 4-5. 6-7
V/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
¡Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra !
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos;de la boca de los niños de pecho has
sacado una alabanza. R/.
V/. Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has
creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle
poder? R/.
Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad;le
diste el mando sobre las obras de tus manos. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si uno se pone de mi parte ante los
hombres, también el Hijo del Hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de
Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de
Dios.
Al que hable contra el Hijo del Hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme
contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis de lo que vais a decir, o de cómo os vais a defender.
Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.