La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2019-08-15 lo siguiente:
Lectura del primer libro de las Crónicas 15, 3-4. 15-16;16, 1-2
En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como había mandado Moisés por orden del Señor. David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas, cítaras y platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor.
Salmo responsorial Sal 44, 10bc. 11-12ab. 16 (R.: 10b)
R. Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven con el arca de tu poder.
Oímos que estaba en Efrata, la encontramos en el Soto de Jaar: entremos en su
morada, postrémonos ante el estrado de sus pies. R.
Que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles vitoreen. Por amor a tu siervo
David, no niegues audiencia a tu Ungido. R.
Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella: «Ésta es mi mansión por
siempre, aquí viviré, porque la deseo.» R.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 20-27a
Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia;después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo;después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies.
Aleluya
María ha sido llevada al cielo, se alegra el ejército de los ángeles.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá;entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: -«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» María dijo: -«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Lectura del libro de Josué 3, 7-10a. 11. 13-17
En aquellos días, el Señor dijo a Josué: Hoy empezaré a engrandecerte ante todo
Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés.
Tú ordena a los sacerdotes portadores del Arca de la Alianza que cuando lleguen a
la orilla, se detengan en el Jordán.
Josué dijo a los israelitas: Acercaos aquí a escuchar las palabras del Señor vuestro
Dios.
Así conoceréis que un Dios vivo está en medio de vosotros, y que va a expulsar ante
vosotros a los cananeos.
Mirad, el Arca de la Alianza del Dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante
de vosotros.
Y cuando los pies de los sacerdotes que llevan el Arca de la Alianza del Dueño de
toda la tierra pise el Jordán, la corriente del Jordán se cortará: el agua que viene
de arriba se detendrá formando un embalse.
Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los sacerdotes que
llevaban el Arca de la Alianza caminaron delante de la gente.
Y al llegar al Jordán, en cuanto mojaron los pies en el agua el Jordán va hasta los
bordes todo el tiempo de la siega, el agua que venía de arriba se detuvo (creció
formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adam, un pueblo cerca de
Sartán) , y el agua que bajaba al mar del desierto, el Mar Muerto, se cortó del
todo.
La gente pasó frente a Jericó.
Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza del Señor estaban quietos en el
cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el cauce
seco, hasta que acabaron de pasar todos.
Salmo responsorial Sal 113 A, 1-2. 3-4. 5-6.
V/. Aleluya
R/. Aleluya
V/. Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob, de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario, Israel fue su dominio. R/.
El mar, al verlos, huyó, el Jordán se echó atrás;los montes saltaron como
carneros, las colinas, como corderos. R/.
V/. ¿Qué te pasa, mar, que huyes, a ti, Jordán, que te echas atrás? ¿y a vosotros,
montes, que saltáis como carneros, colinas, que saltáis como corderos? . R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 18, 21-19, 1
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: Señor, si mi hermano me
ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le
contesta: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Y les propuso esta parábola: Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso
ajustar las cuentas con sus empleados.
Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos.
Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y
sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así.
El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: Ten paciencia conmigo y
te lo pagaré todo.
El Señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien
denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo: Págame lo que me debes.
El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y
te lo pagaré.
Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su
señor todo lo sucedido.
Entonces el señor lo llamó y le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la
perdoné porque me lo pediste.
¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión
de ti? Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la
deuda.
Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón
a su hermano.
Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al
otro lado del Jordán.