La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2018-05-14 lo siguiente:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 1, 15-17. 20-26
Uno de aquellos días, Pedro se puso en pie en medio de los hermanos y dijo (había reunidas unas ciento veinte personas): -«Hermanos, tenía que cumplirse lo que el Espíritu Santo, por boca de David, había predicho, en la Escritura, acerca de Judas, que hizo de guía a los que arrestaron a Jesús. Era uno de nuestro grupo y compartía el mismo ministerio. En el libro de los Salmos está escrito: “Que su morada quede desierta, y que nadie habite en ella”, y también: “Que su cargo lo ocupe otro.” Hace falta, por tanto, que uno se asocie a nosotros como testigo de la resurrección de Jesús, uno de los que nos acompañaron mientras convivió con nosotros el Señor Jesús, desde que Juan bautizaba, hasta el día de su ascensión.» Propusieron dos nombres: José, apellidado Barsabá, de sobrenombre Justo, y Matías. Y rezaron así: -«Señor, tú penetras el corazón de todos;muéstranos a cual de los dos has elegido para que, en este ministerio apostólico, ocupe el puesto que dejó Judas para marcharse al suyo propio.» Echaron suertes, le tocó a Matías, y lo asociaron a los once apóstoles.
Salmo responsorial Sal 112, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8 (R.: cf. 8)
R. El Señor lo sentó con los príncipes de su pueblo (O bien: Aleluya).
Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del
Señor, ahora y por siempre. R.
De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se
eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R.
Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los
príncipes, los príncipes de su pueblo. R.
Aleluya Cf. Jn 15, 16
Yo os he elegido del mundo, para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure -dice el Señor-.
Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo;permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor;lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que roe habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 19, 1-8
Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó la meseta y llegó a Éfeso. Allí
encontró unos discípulos y les preguntó:
—«¿Recibisteis el Espíritu Santo al aceptar la fe?»
Contestaron:
—«Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo.»
Pablo les volvió a preguntar:
—«Entonces, ¿qué bautismo habéis recibido?»
Respondieron:
—«El bautismo de Juan.»
Pablo les dijo:
—«El bautismo de Juan era signo de conversión, y él decía al pueblo que creyesen
en el que iba a venir después, es decir, en Jesús.»
Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús;cuando Pablo les impuso las
manos, bajó sobre ellos el Espíritu Santo, y se pusieron a hablar en lenguas y a
profetizar. Eran en total unos doce hombres.
Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del reino de Dios,
tratando de persuadirlos.
Salmo responsorial Sal 67, 2-3. 4-5ac. 6-7ab (R/.: 33a)
R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios (o bien: Aleluya).
Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo
odian;como el humo se disipa, se disipan ellos;como se derrite la cera ante el
fuego, así perecen los impíos ante Dios. R/.
En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de
alegría. Cantad a Dios, tocad en su honor, su nombre es el Señor. R/.
Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios
prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. R/.
Aleluya Col 3, 1
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está
Cristo, sentado a la derecha de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 29-33
En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús:
—«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes
todo y no necesitas que te pregunten;por ello creemos que saliste de Dios.»
Les contestó Jesús:
—«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que
os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque
está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En
el mundo tendréis luchas;pero tened valor: yo he vencido al mundo.»