La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2017-11-13 lo siguiente:
Lectura del libro del Éxodo 32, 7-14
En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: -«Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto.”» Y el Señor añadió a Moisés. -«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.» Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: -«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Tendrán que decir los egipcios: “Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra”? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre.”» Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo. Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 105, 19-20. 21-22. 23 (R.: 4a)
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición;cambiaron su
gloria por la imagen de un toro que come hierba. R.
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas
en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente
a él, para apartar su cólera del exterminio. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 3-13
Hermanos: Por la gracia de Dios que me ha sido dada os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene, sino estimaos moderadamente, según la medida de la fe que Dios otorgó a cada uno. Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros y no desempeñan todos los miembros la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros. Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los creyentes;si es el servicio, dedicándose a servir;el que enseña, aplicándose a enseñar;el que exhorta, a exhortar;el que se encarga de la distribución, hágalo con generosidad;el que preside, con empeño;el que reparte la limosna, con agrado. Que vuestra caridad no sea una farsa;aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados;en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades de los santos;practicad la hospitalidad. Palabra de Dios.
Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 10, 14
Yo soy el buen Pastor -dice el Señor-, conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 35-38
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: -«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos;rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.» Palabra del Señor.
Comienzo del libro de la Sabiduría 1, 1-7
Amad la justicia, los que regís la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo
con corazón entero.
Lo encuentran los que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían.
Los razonamientos retorcidos alejan de Dios, y su poder, sometido a prueba, pone
en evidencia a los necios.
La sabiduría no entra en alma de mala ley ni habita en cuerpo deudor del pecado.
El espíritu educador y santo rehuye la estratagema, levanta el campo ante los
razonamientos sin sentido y se rinde ante el asalto de la maldad.
La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, que no deja impune al
deslenguado;Dios penetra en su interior, vigila puntualmente su corazón y
escucha lo que dice su lengua.
Porque el espíritu del Señor llena la tierra y, como da consistencia al universo, no
ignora ningún sonido.
Salmo responsorial Sal 138, 1-3a. 3b-6. 7-8. 9-10
V/. Guíame, Señor, por el camino recto.
R/. Guíame, Señor, por el camino recto.
Señor, tu me sondeas y me conoces: me conoces cuando me siento y me
levanto, de lejos penetras mis pensamientos;distingues mi camino y mi descanso.
V/. Todas mis sendas te son familiares;no ha llegado la palabra a mi lengua, y ya,
Señor, te la sabes toda.
Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma.
Tanto saber me sobrepasa;es sublime, y no lo abarco. R/.
V/. ¿A dónde iré lejos de tu aliento, a dónde escaparé de tu mirada? Si escalo el
cielo, allí estás tú;si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
Si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me
alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Es inevitable que sucedan escándalos;
pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le
valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo;si se arrepiente, perdónalo;si te ofende siete
veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo siento» , lo perdonarás.
Los apóstoles le pidieron al Señor: Auméntanos la fe.
El Señor contestó: Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
«Arráncate de raíz y plántate en el mar» , y os obedecería.