La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2020-12-13 lo siguiente:
2 Co 10, 17-11, 2
Salmo Responsorial Sal 30, 3cd-4. 6 y 8ab. 16bc y 17
Mt 25, 1-13
Lectura del Profeta Isaías Is 61, 1-2a. 10-11.
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado
para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones
desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros, la
libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.
Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un
traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la
corona, o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor
hará brotar la justicia y los himnos, ante todos los pueblos.
Salmo responsorial Lc 1, 46-48. 49-50. 53-54
V/. Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
R/. Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
V/. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi
salvador;porque ha mirado la humillación de su esclava.
R/. Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
V/. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mi: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación.
R/. Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
V/. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a
Israel su siervo, acordándose de la misericordia.
R/. Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24.
Hermanos:
Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. En toda ocasión tened la Acción de
Gracias: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros.
No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía;sino examinadlo todo,
quedándoos con lo bueno.
Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre
totalmente, y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche
hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
Aleluya Is 61, 1
Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí,
me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres.
Aleluya.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 1, 6-8. 19-28.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como
testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era
él la luz, sino testigo de la luz.
Los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le
preguntaran:
—¿Tú quién eres ?
El confesó sin reservas:
—Yo no soy el Mesías.
Le preguntaron:
—Entonces ¿qué ? ¿Eres tú Elías ?
Él dijo:
—No lo soy.
—¿Eres tú el Profeta?
Respondió:
—No.
Y le dijeron:
—¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado,
¿qué dices de ti mismo?
Él contestó:
—Yo soy «la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor» (como
dijo el Profeta Isaías).
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
—Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?
Juan les respondió:
—Yo bautizo con agua;en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que
viene detrás de mi, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la
correa de la sandalia.
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan
bautizando.