La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2023-11-12 lo siguiente:
Ef 4, 1-7. 11-13
Salmo Responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
Jn 17, 20-26
Lectura del Libro de la Sabiduría 6, 13-17
Radiante e inmarcesible es la sabiduría; fácilmente la ven los que la aman y la
encuentran los que la buscan.
Se anticipa a darse a conocer a los que la desean.
Quien temprano la busca no se fatigará, pues a su puerta la hallará sentada.
Pensar en ella es prudencia consumada, y quien vela por ella, pronto se verá sin
afanes.
Ella misma busca por todas partes a los que son dignos de ella; en los caminos se les
muestra benévola y les sale al encuentro en todos sus pensamientos.
Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 7-8
V/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agotada, sin agua.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca y mis labios te alabarán jubilosos.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
V/. En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo.
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 12-17
Hermanos:
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los
hombres sin esperanza.
Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han
muerto en Jesús, Dios los llevará con él.
[Esto es lo que os decimos como Palabra del Señor:
Nosotros, los que vivimos y quedamos para su venida, no aventajaremos a los
difuntos.
Pues él mismo, el Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina,
descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar.
Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al
encuentro del Señor, en el aire.
Y así estaremos siempre con el Señor.
Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.]
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: —El Reino de los Cielos se
parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas.
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se
llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz:
«¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!»
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus
lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
—«Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas.»
Pero las sensatas contestaron:
—«Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la
tienda y os lo compréis.»
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él
al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Mas tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo:
«Señor, señor, ábrenos.»
Pero él respondió:
«Os lo aseguro: no os conozco.»
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.