La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2018-04-12 lo siguiente:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5, 27-33
En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles a presencia del Sanedrín, y
el sumo sacerdote les interrogó:
—«¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio,
habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de
la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron:
—«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres
resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de
Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con
el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que
Dios da a los que le obedecen.»
Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos.
Salmo responsorial Sal 33, 2 y 9. 17-18.19-20 (R/.: 7a)
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha (o bien: Aleluya).
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Gustad y
ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.
El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra
muchos males, de todos lo libra el Señor. R/.
Aleluya Jn 20, 29
Porque me has visto, Tomás, has creído.
Dichosos los que crean sin haber visto.
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 31-36
El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra
y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha
visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su
testimonio certifica la veracidad de Dios. El que Dios envió habla las palabras de
Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto
en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna;el que no crea al Hijo no
verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.