La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2020-10-11 lo siguiente:
1 Jn 4, 7-16
Mt 25, 31-46
Lectura del Profeta Isaías 25, 6-10a
Preparará el Señor de los Ejércitos para todos los pueblos, en este monte, un festín de
manjares suculentos, un festín de vinos de solera;manjares enjundiosos, vinos generosos.
Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas
las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de
todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país —lo ha dicho el
Señor—. Aquel día se dirá: Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara:
celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte
Salmo responsorial Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
V/. Habitaré en la casa del Señor,
por años sin término.
R/. Habitaré en la casa del Señor,
por años sin término.
V/. El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar: me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
R/. Habitaré en la casa del Señor,
por años sin término.
V/. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
R/. Habitaré en la casa del Señor,
por años sin término.
V/. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
R/. Habitaré en la casa del Señor,
por años sin término.
V/. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida,
y habitaré en 1a casa del Señor, por años sin término.
R/. Habitaré en la casa del Señor, por años sin término.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4,12-14.19-20
Hermanos:
Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el
hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo
caso hicisteis bien en compartir mi tribulación.
En pago, mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme
a su riqueza en Cristo Jesús.
A Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 1-14
En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los
senadores del pueblo, diciendo:
—El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó
criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados
encargándoles que les dijeran: tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses
cebadas y todo está a punto. Venid a la boda.
Los convidados no hicieron caso;uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los
demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en
cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la
ciudad. Luego dijo a sus criados:
—La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces
de los caminos y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda. Los criados salieron a
los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete
se llenó de comensales. [Cuando el rey entró a saludar a los comensales reparó en uno que
no llevaba traje de fiesta y le dijo:
—Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?
El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros:
—Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.]