La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2023-02-06 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 2, 19-20
Hermanos: Para la Ley yo estoy muerto, porque la Ley me ha dado muerte; pero así vivo para Dios. Estoy crucificado con Cristo: vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí. Y, mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.
Salmo responsorial Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R.: 5)
R. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba
de risas, la lengua de cantares. R.
Hasta los gentiles decían: El Señor ha estado grande con ellos. El Señor ha estado
grande con nosotros, y estamos alegres. R.
Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que
sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. R.
Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus
gavillas. R.
Aleluya y versículo antes del evangelio Mt 28, 19a. 20b
Id y haced discípulos de todos los pueblos -dice el Señor-; yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: -«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»
Comienzo del libro del Génesis 1, 1-19
Al principio creó Dios el cielo y la tierra.
La tierra era un caos informe; sobre la faz del Abismo, la tinieb1a.
Y el Aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Que exista la luz.
Y la luz existió.
Y vio Dios que la luz era buena.
Y separó Dios la luz de la tiniebla: llamó Dios a la luz «Día» ;
a la tiniebla, «Noche».
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero—
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.
E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de
encima de la bóveda.
Y así fue.
Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo—
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo
en un solo sitio,
y que aparezcan los continentes.
Y así fue.
Y llamó Dios a los continentes «Tierra»
y a la masa de las aguas la llamó «Mar».
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde,
que engendre semilla
y árboles frutales
que den fruto según su especie,
y que lleven semilla sobre la tierra.
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde
que engendraba semilla según su especie,
y árboles que daban fruto
y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero—
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo,
para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años;
y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra.
Y así fue.
E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día,
la lumbrera menor para regir la noche;
y las estrellas.
Y las puso Dios en la bóveda del cielo,
para dar luz sobre la tierra;
para regir el día y la noche,
para separar la luz de la tinieb1a.
Y vio Dios que era bueno.
—pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto—
Salmo responsorial Sal 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 24 y 35c
V/. El Señor goce con sus obras.
R/. El Señor goce con sus obras.
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres !
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
V/. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el
manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. R/.
V/. De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes; junto a
ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto. R/.
V/. Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas.
Bendice, alma mía, al Señor. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 6, 53-56
En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, tocaron
tierra en Genesaret, y atracaron.
Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la
comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaba los enfermos
en camillas.
En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza,
y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo
tocaban se ponían sanos.