La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2022-12-03 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23
Hermanos: El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio. Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio. Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles;me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Salmo responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10 (R.: 3)
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra;cantad al Señor,
bendecid su nombre. R.
Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus maravillas a
todas las naciones. R.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor, aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá;él gobierna
a los pueblos rectamente.» R.
Aleluya Mt 28, 19a. 20b
Id y haced discípulos de todos los pueblos -dice el Señor-;yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo.
Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: -«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará;el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablaran lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Lectura del libro de Isaías 30, 19-21. 23-26
Así dice el Señor, el Santo de Israel: «Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, no
tendrás que llorar, porque se apiadará a la va' de tu gemido: apenas te oiga, te
responderá. Aunque el Señor te dé el pan medido y el agua tasada, ya no se
esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a la derecha o a la
izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: "Éste es el camino, camina por
él."
Te dará lluvia para la semilla que siembras en el campo, y el grano de la cosecha del
campo será rico y sustancioso;aquel día, tus ganados pastarán en anchas praderas;
los bueyes y asnos que trabajan en el campo comerán forraje fermentado, aventado
con bieldo y horquilla.
En todo monte elevado,
en toda colina alta, habrá ríos y cauces de agua el día de la gran matanza, cuando
caigan las torres.
La luz de la Cándida será como la luz del Ardiente, y la luz del Ardiente será siete
veces mayor, cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure la llaga de su
golpe.»
Salmo responsorial Sal 146, 1-2. 3-4. 5-6 (R/.: Is 30, 18)
R/. Dichosos los que esperan en el Señor (O bien: Aleluya).
Alabad al Señor, que la música es buena;nuestro Dios merece una alabanza
armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel. R/.
El sana los corazones destrozados, venda sus heridas. Cuenta el número de las
estrellas, a cada una la llama por su nombre. R/.
Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida. El Señor
sostiene a los humildes, humilla hasta el polvo a los malvados. R/.
Aleluya Is 33, 22
El Señor nos gobierna, nos da leyes, es nuestro rey, él es nuestra salvación.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 35 - 10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus
sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y
todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
—«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos;rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus
inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.
A estos doce los envió con estas instrucciones:
—«Id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos
está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.
Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»