La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2022-09-29 lo siguiente:
Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14
Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó;su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima;su trono, llamas de fuego;sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros.
Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.
Le dieron poder real y dominio;todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Sal 137, 1-2a. 2b-3. 4-5. 7c-8 (R.: 1c)
R. Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre: por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa
supera a tu fama;cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma.
R.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande. R.
Aleluya Sal 102, 21
Bendecid al Señor, ejércitos suyos, servidores que cumplís sus deseos.
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 47-51
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: -«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Natanael le contesta: -«¿De qué me conoces?» Jesús le responde: -«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: -«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: -«Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Lectura del libro de Job 19, 21-27
Job dijo: ¡Piedad, piedad de mí, amigos míos, que me ha herido la mano de Dios!
¿Por qué me perseguís como Dios y no os hartáis de escarnecerme? ¡Ojalá se
escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre;con cincel de hierro y en
plomo se escribieran para siempre en la roca ! «Yo sé que está vivo mi Vengador
y que al final se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin
carne, veré a Dios;yo mismo lo veré, y no otro, mis propios ojos lo verán».
¡Desfallezco de ansias en mi pecho!
Salmo responsorial Sal 26, 7-8a. 8b-9abc. 13-14.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
R/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
V/. Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: Buscad mi rostro. R/.
V/. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio;no me deseches.
V/. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 10, 1-12
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó por delante, de
dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: La mies es abundante y los obreros pocos rogad, pues, al dueño de la
mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos.
No llevéis talega ni alforja, ni sandalias;y no os detengáis a saludar a nadie por el
camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa». Y si allí hay gente de
paz, descansará sobre ellos vuestra paz;si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan: porque el obrero
merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo
que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «está cerca de vosotros el
Reino de Dios».
Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: «Hasta el
polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre
vosotros. De todos modos sabed que está cerca el Reino de Dios».
Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo.