La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Domingo, 2022-05-29 lo siguiente:
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 7, 55-60
En aquellos días, Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la
gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo:
—«Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios.»
Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos;y, como un solo hombre, se
abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo.
Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron
también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación:
—«Señor Jesús, recibe mi espíritu.»
Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito:
—«Señor, no les tengas en cuenta este pecado.»
Y, con estas palabras, expiró.
Salmo responsorial Sal 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9 (R.: la y 9a)
R. El Señor reina, altísimo sobre toda la tierra. (O bien: Aleluya.)
El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Justicia y derecho
sostienen su trono. R.
Los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. Ante él se
postran todos los dioses. R.
Porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la tierra, encumbrado sobre todos los
dioses. R.
Lectura del libro del Apocalipsis 22, 12-14. 16-17. 20
Yo, Juan, escuché una voz que me decía:
—«Mira, llego en seguida y traigo conmigo mi salario, para pagar a cada uno su
propio trabajo.
Yo soy el alfa y la omega, el primero y el ultimo, el principio y el fin.
Dichosos los que lavan su ropa, para tener derecho al árbol de la vida y poder
entrar por las puertas de la ciudad.
Yo, Jesús, os envío mi ángel con este testimonio para las Iglesias.
Yo soy el retoño y el vástago de David, la estrella luciente de la mañana.»
El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»
El que lo oiga, que repita: «¡Ven!»
El que tenga sed, y quiera, que venga a beber de balde el agua viva.
El que se hace testigo de estas cosas dice:
—«Sí, voy a llegar en seguida.»
Amén. Ven, Señor Jesús.
Aleluya Jn 14, 18
No os dejaré huérfanos —dice el Señor—;me voy y vuelvo a vuestro lado, y se
alegrará vuestro corazón.
Lectura del santo evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: —«Padre santo,
no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean
en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros
somos uno;yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que
el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí.
Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y
contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del
mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido
que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que
el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»