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MISA SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DE CUARESMA 2025

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La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2025-03-29 lo siguiente:

  • SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DE CUARESMA 2025:

    Tiempo de Cuaresma.

    PRIMERA LECTURA DE LA MISA

    Quiero misericordia, y no sacrificios

    Lectura de la profecía de Oseas 6, 1-6

    Vamos a volver al Señor: él, que nos despedazó, nos sanará; él, que nos hirió, nos
    vendará.
    En dos días nos sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de él.
    Esforcémonos por conocer al Señor:
    su amanecer es como la aurora, y su sentencia surge como la luz.
    Bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como lluvia tardía que empapa la
    tierra.
    —«¿Qué haré de ti, Efraín? ¿Qué haré de ti, Judá?
    Vuestra piedad es como nube mañanera, como rocío de madrugada que se evapora.
    Por eso os herí por medio de los profetas, os condené con la palabra de mi boca.
    Quiero misericordia, y no sacrificios; conocimiento de Dios, más que holocaustos.»

    SALMO RESPONSORIAL

    Salmo responsorial Sal 50, 3-4. 18-19. 20-21 ab (R/.: Os 6, 6)

    R. Quiero misericordia, y no sacrificios.
    Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
    lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.
    Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi
    sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo
    desprecias. R.
    Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén:
    entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos. R/.
    Versículo antes del evangelio Sal 94, 8ab
    No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor.

    EVANGELIO DE LA MISA

    El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no

    Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9-14

    En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí
    mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:
    —«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El
    fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy
    como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos
    veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo."
    El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo;
    sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador."
    Os digo que este bajo a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se
    enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»

Contenido actualizado el 2012-01-10T00:00:00Z