La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2025-10-28 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22
Hermanos: Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Salmo responsorial Sal 18, 2-3. 4-5 (R.: 5a)
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el
día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza
su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Aleluya
A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti te ensalza el glorioso
coro de los apóstoles.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 12-19
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 18-25
Hermanos: Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día
se nos descubrirá.
Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos
de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que
la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada
de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos
de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con
dolores de parto.
Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos la primicias del Espíritu, gemimos
en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de
nuestro cuerpo.
Porque en esperanza fuimos salvados.
Y una esperanza que se ve, ya no es esperanza.
¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos,
esperamos con perseverancia.
Salmo responsorial Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
V/. El Señor ha estado grande con nosotros.
R/. El Señor ha estado grande con nosotros.
V/. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos
llenaba de risas, la lengua de cantares. R/.
V/. Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos» El Señor ha
estado grande con nosotros, y estamos alegres. R/.
V/. Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares. R/.
V/. Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo
sus gavillas. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 18-21
En aquel tiempo, Jesús decía: ¿A qué se parece el reino de Dios ? ¿A qué lo
compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en
su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
Y añadió: ¿A qué compararé el Reino de Dios? Se parece a la levadura que una
mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.