La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2023-10-28 lo siguiente:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22
Hermanos: Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Salmo responsorial Sal 18, 2-3. 4-5 (R.: 5a)
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el
día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza
su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Aleluya
A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos. A ti te ensalza el glorioso
coro de los apóstoles.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 12-19
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 1-11
Hermanos: No pesa condena alguna sobre los que están unidos a Cristo Jesús, pues
por la unión con Cristo, la ley vivificante del Espíritu me ha librado de la ley del
pecado y de la muerte.
Lo que no pudo hacer la ley, por causa de la debilidad humana, lo ha hecho Dios:
envió a su Hijo en una condición pecadora como la nuestra, haciéndolo víctima
por el pecado, y en su ser mortal, condenó el pecado.
Así, el ideal que proponía la ley puede realizarse en nosotros, que ya no
procedemos dirigidos por la carne, sino por el Espíritu.
Los que se dejan dirigir por la carne tienden a lo carnal; en cambio, los que se dejan
dirigir por el Espíritu tienden a lo espiritual.
Nuestra carne tiende a la muerte, el Espíritu, a la vida y a la paz.
Porque la tendencia de la carne es rebelarse contra Dios; no sólo no se somete a la
ley de Dios, ni siquiera lo puede.
Los que están en la carne no pueden agradar a Dios.
Pero vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios
habita en vosotros.
El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo.
Si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive
por la justicia.
Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que
resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros.
Salmo responsorial Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
V/. Este es el grupo, Señor, que busca tu presencia.
R/. Este es el grupo, Señor, que busca tu presencia.
V/. Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe, y todos sus habitantes: él la
fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R/.
¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto
sacro? El hombre de manos inocentes, y puro corazón, que no confía en los
ídolos. R/.
V/. Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Este es
el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 1-9
En aquella ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya
sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás
galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os convertís, todos
pereceréis lo mismo.
Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que
eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén ? Os digo que no.
Y si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar
fruto en ella, y no lo encontró.
Dijo entonces al viñador: Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta
higuera, y no lo encuentro. Córta1a. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde ?
Pero el viñador contestó: Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le
echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.