La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2021-08-28 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-16
Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados. Queridos hermanos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
Salmo responsorial Sal 105, 19-20. 21-22. 23 (R.: 4a)
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición;cambiaron su
gloria por la imagen de un toro que come hierba. R.
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas
en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente
a él, para apartar su cólera del exterminio. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 3-13
Hermanos: Por la gracia de Dios que me ha sido dada os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene, sino estimaos moderadamente, según la medida de la fe que Dios otorgó a cada uno. Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros y no desempeñan todos los miembros la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros. Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los creyentes;si es el servicio, dedicándose a servir;el que enseña, aplicándose a enseñar;el que exhorta, a exhortar;el que se encarga de la distribución, hágalo con generosidad;el que preside, con empeño;el que reparte la limosna, con agrado. Que vuestra caridad no sea una farsa;aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados;en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades de los santos;practicad la hospitalidad. Palabra de Dios.
Aleluya Mt 23, 9b. 10b
Uno solo es vuestro Padre, el del cielo, y uno solo es vuestro consejero, Cristo.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Vosotros no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. »
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 9-11
Hermanos: Acerca del amor fraterno no hace falta que os escriba, porque Dios
mismo os ha enseñado a amaros los unos a los otros.
Como ya lo hacéis con todos los hermanos de Macedonia.
Hermanos, os exhortamos a seguir progresando: esforzaos por mantener la calma,
ocupándoos de vuestros propios asuntos y trabajando con vuestras propias
manos, como os lo tenemos mandado.
Salmo responsorial Sal 97, 1. 7-8. 9.
V/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas;su diestra le
ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
V/. Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan;aplaudan los
ríos, aclamen los montes. R/.
V/. Al Señor que llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al
extranjero llamó a sus empleados;y los dejó encargados de sus bienes: a uno le
dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su
capacidad;luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco.
El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su
señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar
las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
Señor, cinco talentos me dejaste;mira, he ganado otros cinco.
Su señor le dijo: Muy bien.
Eres un empleado fiel y cumplidor;como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo
importante;pasa al banquete de tu Señor.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: Señor, dos talentos me
dejaste;mira, he ganado otros dos.
Su señor le dijo: Muy bien.
Eres un empleado fiel y cumplidor: como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo
importante;pasa al banquete de tu señor.
Finalmente se acercó el que había recibido un talento y dijo: Señor, sabía que eres
exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces;tuve miedo
y fui a esconder tu talento bajo tierra.
Aquí tienes lo tuyo.
El señor le respondió: Eres un empleado negligente y holgazán, ¿con que sabías que
siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi
dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los
intereses.
Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez.
Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo
que tiene.
Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas: allí será el llanto y el rechinar
de dientes.