La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2022-07-27 lo siguiente:
Lectura del Profeta Jeremías 15, 10. 16-21
¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de pleitos y contiendas para
todo el país ! Ni he prestado ni me han prestado, y todos me maldicen.
Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba;tus palabras eran mi gozo y la
alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor Dios
de los Ejércitos.
No me senté a disfrutar con los que se divertían;forzado por tu mano me senté
solitario, porque me llenaste de ira.
¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga, y mi herida, enconada e incurable ? Te me
has vuelto arroyo engañoso, de aguas inconstantes.
Entonces respondió el Señor: Si vuelves, te haré volver a mí, estarás en mi
presencia;si separas lo precioso de la escoria, serás mi boca.
Que ellos se conviertan a ti, no te conviertas tú a ellos.
Frente a este pueblo te pondré como muralla de bronce inexpugnable: lucharán
contra ti y no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte y salvarte, oráculo
del Señor.
Te libraré de manos de los perversos, te rescataré del puño de los opresores.
Salmo responsorial Sal 58, 23. 4-5a. 10-11. 17. 18
V/. Dios es mi refugio en el peligro.
R/. Dios es mi refugio en el peligro.
V/. Líbrame de mi enemigo, Dios mío, protégeme de mis agresores;líbrame de
los malhechores, sálvame de los hombres sanguinarios. R/.
V/. Mira que me están acechando y me acosan los poderosos.
Sin que yo haya pecado ni faltado, Señor, sin culpa mía, avanzan para acometerme.
V/. Estoy velando contigo, fuerza mía, porque tú, oh Dios, eres mi alcázar;que tu
favor se adelante, oh Dios, y me haga ver la derrota del enemigo. R/.
V/. Yo cantaré tu fuerza, por la mañana aclamaré tu misericordia: porque has sido
mi alcázar y mi refugio en el peligro. R/.
V/. Y tañeré en tu honor, fuerza mía, porque tú, oh Dios, eres mi alcázar.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 44-45
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un tesoro
escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de
alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al
encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.