La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2021-03-25 lo siguiente:
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14;8, 10
En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: -«Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: -«No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: -«Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.»
SALMO RESPONSORIAL Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 11 (R.: 8a y 9a)
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído;no pides
sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy.» R.
«-Como está escrito en mi libro- para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y
llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;no he cerrado los labios: Señor,
tú lo sabes. R.
No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. R.
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 4-10
Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo;no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.”» Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la Ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.» Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 1, 14ab
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
Lectura del libro del Génesis 17, 3-9
En aquellos días, Abrán cayó de bruces, y Dios le dijo:
—«Mira, éste es mi pacto contigo:
Serás padre de muchedumbre de pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino que te llamarás Abrahán,
porque te hago padre de muchedumbre de pueblos.
Te haré crecer sin medida,
sacando pueblos de ti,
y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi pacto contigo
y con tu descendencia
en futuras generaciones,
como pacto perpetuo.
Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros.
Os daré a ti y a tu descendencia futura
la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán,
como posesión perpetua,
y seré su Dios.»
Dios añadió a Abrahán:
—«Tú guarda mi pacto,
que hago contigo y tus descendientes
por generaciones.»
Salmo responsorial Sal 104, 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 8a)
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. Recordad las
maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones;de
la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R/.
Versículo antes del evangelio Sal 94, 8ab
No endurezcáis hoy vuestro corazón;escuchad la voz del Señor.
Lectura del santo evangelio según san Juan 8, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
—«Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.»
Los judíos le dijeron:
—«Ahora vemos claro que estás endemoniado;Abrahán murió, los profetas
también, ¿y tú dices:"Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para
siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los
profetas murieron, ¿por quién te tienes?»
Jesús contestó:
—«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es
mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo
conozco, y si dijera: "No lo conozco"seria, como vosotros, un embustero;pero yo lo
conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando
ver mi día;lo vio, y se llenó de alegría.»
Los judíos le dijeron:
—«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?»
Jesús les dijo:
—«Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo.»
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.