La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2022-06-25 lo siguiente:
1 Reyes 18, 41-46
Dijo Elías a Ajab: «Sube, come y bebe, porque ya se oye el rumor de la lluvia.»
Subió Ajab a comer y beber, mientras que Elías subía a la cima del Carmelo, y se encorvó hacia la tierra poniendo su rostro entre las rodillas.
Dijo a su criado : «Sube y mira hacia el mar.» Subió, miró y dijo: «No hay nada.» El dijo: «Vuelve.» Y esto siete veces.
A la séptima vez dijo: «Hay una nube como la palma de un hombre, que sube del mar.» Entonces dijo: «Sube a decir a Ajab: Unce el carro y baja, no te detenga la lluvia.»
Poco a poco se fue oscureciendo el cielo por las nubes y el viento y se produjo gran lluvia. Ajab montó en su carro y se fue a Yizreel.
La mano de Yahveh vino sobre Elías que, ciñéndose la cintura, corrió delante de Ajab hasta la entrada de Yizreel.
Salmo 102
R. El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice, alma mía, al, Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía al Señor, y no olvides sus beneficios. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles. R.
La misericordia del Señor dura por siempre, su justicia pasa de hijos a nietos: para los que guardan la alianza. R.
Aleluya Cf. Lc 2, 19
Dichosa es la Virgen María, que conservaba la palabra de Dios, meditándola en su corazón.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-51
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando
terminó, se volvieron;pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran
sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a
buscarlo entre los parientes y conocidos;al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén
en su busca.
A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros,
escuchándolos y haciéndoles preguntas;todos los que le oían quedaban
asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
-«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos
angustiados.»
Él les contestó:
-«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió
bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Lectura del libro de las Lamentaciones 2, 2. 10-14. 18-19
El Señor destruyó sin compasión todas las moradas de Jacob;
con su indignación demolió las plazas fuertes de Judá;derribó por tierra,
deshonrados, al rey y a los príncipes.
Los ancianos de Sión se sientan en el suelo silenciosos, se echan polvo en la cabeza y
se visten de sayal;las doncellas de Jerusalén humillan hasta el suelo la cabeza.
Se consumen en lágrimas mis ojos, de amargura, mis entrañas;se derrama por
tierra mi hiel, por la ruina de la capital de mi pueblo;muchachos y niños
desfallecen por las calles de la ciudad.
Preguntaban sus madres: ¿dónde hay pan y vino ? mientras desfallecían, como los
heridos, por las calles de la ciudad, mientras expiraban en brazos de sus madres.
¿Quién se te iguala, quién se te asemeja, ciudad de Jerusalén? ¿A quién te
compararé, para consolarte, Sión, la doncella? Inmensa como el mar es tu
desgracia: ¿quién podrá curarte? Tus profetas te ofrecían visiones falsas y
engañosas;y no te denunciaban tus culpas, para cambiar tu suerte;sino que te
anunciaban visiones falsas y seductoras.
Grita con toda el alma al Señor, laméntate, Sión;derrama torrentes de lágrimas de
día y de noche;no te concedas reposo, no descansen tus ojos.
Levántate y grita de noche, al relevo de la guardia;derrama con agua tu corazón en
presencia del Señor;levanta hacia él las manos por la vida de tus niños,
desfallecidos de hambre en las encrucijadas.
Salmo responsorial Sal 73, 1-2. 3-5a. 5b-7. 20-21
V/. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
R/. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
V/. ¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados, y está ardiendo tu cólera
contra las ovejas de tu rebaño? Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde
antiguo, de la tribu que rescataste para posesión tuya, del monte Sión donde
pusiste tu morada. R/.
V/. Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio: el enemigo ha arrasado del todo el
santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea, levantaron sus propios estandartes.
En la entrada superior abatieron a hachazos el entramado;después, con
martillos y mazas, destrozaron todas las esculturas;prendieron fuego a tu
santuario, derribaron y profanaron la morada de tu nombre. R/.
V/. Piensa en tu alianza: que los rincones del país están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado, que pobres y afligidos alaben tu nombre.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó diciéndole:
Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.
El le contestó: Voy yo a curarlo.
Pero el centurión le replicó: Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo?
Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano.
Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes: y le digo a
uno «ve» , y va;al otro, «ven» , y viene;a mi criado, «haz esto» , y lo hace.
Cuando Jesús lo oyó quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en
Israel no he encontrado en nadie tanta fe.
Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán,
Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos;en cambio a los ciudadanos del Reino los
echarán afuera, a las tinieblas.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Y al centurión le dijo: Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.
Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre;la cogió de
la mano, y se le pasó la fiebre;se levantó y se puso a servirles.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados;él con su palabra expulsó los
espíritus y curó a todos los enfermos.
Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «El tomó nuestras dolencias y cargó con
nuestras enfermedades».