La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2021-09-24 lo siguiente:
Lectura del Profeta Ageo 2, 1b-10
El año segundo del reinado de Darío, el día veintiuno del séptimo mes vino la
palabra del Señor por medio del profeta Ageo: Di a Zorobabel Ben-Salatiel,
gobernador de Judea, y a Josué Ben–Josadak, Sumo Sacerdote, y al resto del
pueblo: ¿Quién entre vosotros vive todavía, de los que vieron este templo en su
esplendor primitivo? ¿Y qué veis vosotros ahora? ¿No es como si no existiese
ante vuestros ojos? ¡Animo! Zorobabel—oráculo del Señor—;¡Animo! Josué Ben–
Josadak, Sumo Sacerdote;¡Animo! pueblo entero, oráculo del Señor, a la obra:
que yo estoy con vosotros, oráculo del Señor de los Ejércitos.
La palabra pactada con vosotros, cuando salíais de Egipto, y mi espíritu habitan con
vosotros: no temáis.
Así dice el Señor de los Ejércitos: Todavía un poco más y agitaré cielo y tierra, mar y
continentes.
Pondré en movimiento los pueblos;vendrán las riquezas de todo el mundo, y
llenaré de gloria este Templo dice el Señor de los Ejércitos: Mía es la plata y mío
es el oro, dice el Señor de los Ejércitos.
La gloria de este segundo Templo será mayor que la del primero dice el Señor de
los Ejércitos ¡y en este sitio daré la paz—oráculo del Señor de los Ejércitos—
Salmo responsorial Sal 42, 1. 2. 3. 4
V/. Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío».
R/. Espera en Dios, que volverás a alabarlo: «Salud de mi rostro, Dios mío».
V/. Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa, contra gente sin piedad, sálvame
del hombre traidor y malvado. R/.
V/. Tú eres mi Dios y protector: ¿por qué me rechazas? ¿por qué voy andando
sombrío, hostigado por mi enemigo? . R/.
V/. Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte
santo, hasta tu morada. R/.
V/. Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría;que te dé gracias al
son de la cítara Dios, Dios mío. R/.
Lectura del santo Evangelio Según San Lucas 9, 18-22
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos contestaron: Unos que Juan el Bautista,
otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Pedro tomó la palabra y dijo:
El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y añadió: El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los
ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.