La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2017-10-24 lo siguiente:
Is 52, 7-10
Salmo Responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 10
Mc 1, 14-20
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 5, 12. 15b. 17-19. 20b-21
Hermanos: Lo mismo que por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el
pecado la muerte, y la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos
pecaron.
Si por la culpa de uno murieron todos, mucho más, gracias a un solo hombre,
Jesucristo, la benevolencia y el don de Dios desbordaron sobre todos.
Por el pecado de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte.
¡Cuánto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que
han recibido un derroche de gracia y el don de la salvación! Por tanto, si el
pecado de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la
salvación y la vida.
Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la
obediencia de uno todos se convertirán en justos.
Si creció el pecado, más desbordante fue la gracia.
Y así como reinó el pecado causando la muerte, así también, por Jesucristo nuestro
Señor, reinará la gracia causando la salvación y la vida eterna.
Salmo responsorial Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 17
V/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V/. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído;.
no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy». R/.
V/. —Como está escrito en mi libro— «para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero, y lo llevo en mis entrañas. R/.
V/. He proclamado tu salvación ante la gran asamblea;no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.
V/. Alégrense y gocen contigo, todos los que te buscan;digan siempre: «Grande
es el Señor, los que desean tu salvación». R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Tened ceñida la cintura y encendidas
las lámparas: Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la
boda, para abrirle, apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro
que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y si llega entrada la
noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.