La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2020-07-22 lo siguiente:
Lectura del libro del Cantar de los cantares 3, 1-4a
Así dice la esposa:
«En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré.
Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma;lo busqué y no lo encontré.
Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad:
-”¿Visteis al amor de mi alma?”
Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.»
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R.: 2b)
R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale
más que la vida, te alabaran mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de
enjundia y de manteca, y mis labios te alabaran jubilosos. R.
Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo;mi alma está
unida a ti, y tu diestra me sostiene. R.
Aleluya
«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba
abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja.»
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1. 11-18
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomo al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: -«Mujer, ¿por que lloras?» Ella les contesta: -«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: -«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: -«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.» Jesús le dice: -« ¡María! » Ella se vuelve y le dice: -«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» Jesús le dice: -«Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.”» María Magdalena fue y anunció a los discípulos: -«He visto al Señor y ha dicho esto.»
Comienzo del Profeta Jeremías 1, 1. 4-10
Palabras de Jeremías, hijo de Helcías, de los sacerdotes residentes en Anota,
territorio de Benjamín.
Recibí esta palabra del Señor: Antes de formarte en el vientre, te escogí, antes de
que salieras del seno materno, te consagré: Te nombré profeta de los gentiles.
Yo repuse: ¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.
El Señor me contestó: No digas «soy un muchacho» , que adonde yo te envíe, irás, y
lo que yo te mande, lo dirás.
No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte-oráculo del Señor-.
El Señor extendió la mano y me tocó la boca;y me dijo: Mira: yo pongo mis
palabras en tu boca;hoy te establezco sobre pueblos y reyes para arrancar y
arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar.
Salmo responsorial Sal 70, 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17
V/. Mi boca contará tu auxilio, Señor.
R/. Mi boca contará tu auxilio, Señor.
V/. A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre;tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, inclina a mi tu oído y sálvame. R/.
Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi
alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi
juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno, tú me sostenías. R/.
V/. Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 1-9
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago.
Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca;se sentó y la gente se quedó
de pie en la oril1a.
Les habló mucho rato en parábolas: Salió el sembrador a sembrar.
Al sembrar, un poco cayó al borde del camino;vinieron los pájaros y se lo
comieron;Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenia tierra;como
la tierra no era profunda, brotó enseguida;pero en cuanto salió el sol, se abrasó, y
por falta de raíz se secó.
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.
El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento;otros, sesenta;otros, treinta.
El que tenga oídos, que oiga.