La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Martes, 2024-04-02 lo siguiente:
Flp 3, 8-14
Salmo Responsorial Sal 15, 1-2a y 5. 7-8. 11
Lc 12, 32-34
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 36-41
El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
—«Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis,
Dios lo ha constituido Señor y Mesías.»
Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás
apóstoles:
—«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?»
Pedro les contestó:
—«Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen
los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para
vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el Señor, Dios
nuestro, aunque estén lejos.»
Con estas y otras muchas razones les urgía, y los exhortaba diciendo:
—«Escapad de esta generación perversa.»
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos tres
mil.
Salmo responsorial Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 (R/.: 5b)
R/. La misericordia del Señor llena la tierra (o bien: Aleluya).
La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el
derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia,
Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R/.
Aleluya Sal 117, 24
Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 11-18
En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba,
se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la
cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
—«Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta:
—«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
—«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
—«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice:
—«¡María!»
Ella se vuelve y le dice:
—«¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice:
—«Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles:
"Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro."»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
—«He visto al Señor y ha dicho esto.»