La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2019-09-19 lo siguiente:
Hb 10, 32-36
Salmo Responsorial Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
Jn 12, 24-26
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 4, 12-16
Querido hermano: Nadie te desprecie por ser joven;sé tú un modelo para los fieles,
en el hablar y en la conducta, en el amor, la fe y la honradez.
Mientras llego preocúpate de la lectura pública, de animar y enseñar.
No descuides el don que posees, que se te concedió por indicación de una profecía
con la imposición de manos de los presbíteros.
Preocúpate de esas cosas y dedícate a ellas, para que todos vean cómo adelantas.
Cuídate tú y cuida la enseñanza;sé constante;si lo haces, te salvarás a ti y a los que
te escuchan.
Salmo responsorial Sal 110, 7-8. 9. 10
V/. Grandes son las obras del Señor.
R/. Grandes son las obras del Señor.
V/. Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos merecen
confianza: son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y
rectitud. R/.
V/. Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza: su nombre es
sagrado y temible. R/.
V/. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor, tienen buen juicio los que lo
practican;la alabanza del Señor dura por siempre. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 7, 36-50
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él.
Jesús, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa.
Y una mujer de la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en
casa del fariseo, vino con un frasco de perfume, y, colocándose detrás junto a sus
pies, llorando, se puso a regarle los pies con sus lágrimas, se los enjugaba con sus
cabellos, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado, se dijo: Si éste fuera profeta, sabría
quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora.
Jesús tomó la palabra y le dijo: Simón, tengo algo que decirte.
El respondió: Dímelo, maestro.
Jesús le dijo: Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y
el otro cincuenta.
Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos.
¿Cuál de los dos lo amará más? Simón contestó: Supongo que aquel a quien le
perdonó más.
Jesús le dijo: Has juzgado rectamente.
Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Cuando yo entré en tu
casa, no me pusiste agua para los pies;ella en cambio me ha lavado los pies con
sus lágrimas y me los ha enjugado con su pelo.
Tú no me besaste;ella en cambio, desde que entró, no ha dejado de besarme los
pies.
Tú no me ungiste la cabeza con ungüento;ella en cambio me ha ungido los pies con
perfume.
Por eso te digo, sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor:
pero al que poco se le perdona, poco ama.
Y a ella le dijo: Tus pecados están perdonados.
Los demás convidados empezaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que hasta
perdona pecados? Pero Jesús dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.