La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2021-10-18 lo siguiente:
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 9-17a
Querido hermano: Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica;Crescente se ha ido a Galacia;Tito, a Dalmacia;sólo Lucas está conmigo. Coge a Marcos y tráetelo contigo, pues me ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que me dejé en Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo;el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles.
Salmo responsorial Sal 144, 10-11. 12-13ab. 17-18 (R.: cf. 12)
R. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles;que
proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu
reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones;cerca
está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R.
Aleluya Cf. Jn 15, 16
Yo os he elegido del mundo, para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto perdure -
dice el Señor-.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: -«La mies es abundante y los obreros pocos;rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias;y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz;si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino de Dios.”»
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 4, 20-25
Hermanos: Ante la promesa de Dios, Abrahán no fue incrédulo, sino que se hizo
fuerte en la fe por la gloria dada a Dios al persuadirse de que Dios es capaz de
hacer lo que promete, por lo cual le fue computado como justicia.
Y no sólo por él está escrito: «le fue computado» , sino también por nosotros a
quienes se computará si creemos en el que resucitó de entre los muertos, nuestro
Señor Jesús, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra
justificación.
Salmo responsorial Lc 1, 69-70. 71-72. 73-75.
V/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo.
Nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo;
según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. R/.
V/. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los
que nos odian;realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su alianza. R/.
V/. Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: Maestro dile a mi hermano que
reparta conmigo la herencia.
El le contestó: Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros ? Y
dijo a la gente: Mirad: guardaos de toda clase de codicia.
Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.
Y les propuso una parábola: Un hombre rico tuvo una gran cosecha.
Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.
Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y
almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha.
Y entonces me diré a mi mismo: «Hombre, tienes bienes acumulados para muchos
años: túmbate, come, bebe y date buena vida».
Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida.
Lo que has acumulado, ¿de quién será? » Así será el que amasa riquezas para sí y
no es rico ante Dios.