La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2022-02-17 lo siguiente:
Rm 8, 26-30
Salmo Responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11
Mt 19, 27-29
Lectura de la carta del Apóstol Santiago 2, 1-9
Hermanos: No juntéis la fe en Nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de
personas.
Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica.
Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos;el otro es un pobre andrajoso.
Veis al bien vestido y le decís: Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.
Al otro, en cambio: Estate ahí de pie o siéntate en el suelo.
Si hacéis eso ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos
hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para
hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que le aman?
Vosotros, en cambio, habéis afrentado al pobre.
Y sin embargo, ¿no son los ricos los que os tratan con despotismo y los que os
arrastran a los tribunales? ¿No son ellos los que denigran ese nombre tan
hermoso que lleváis como apellido? ¿Cumplís la ley soberana que enuncia la
Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo? » Perfectamente. Pero si
mostráis favoritismos, cometéis un pecado y la Escritura prueba vuestro delito.
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7.
V/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
V/. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;mi
alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
V/. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
V/. Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha v lo salva de sus angustias. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 8, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de
Felipe;por el camino preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos le contestaron: Unos, Juan Bautista;otros, Elías, y otros, uno de los profetas.
El les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Pedro le contestó: Tú eres el
Mesías.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y empezó a instruirlos: El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser
condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y
resucitar a los tres días.
Se lo explicaba con toda claridad.
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo.
Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro: ¡Quítate de mi vista,
Satanás ! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!