La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2022-11-14 lo siguiente:
Comienzo del libro del Apocalipsis 1, 1-4;2, 1-5a
Esta es la revelación que Dios ha entregado a Jesucristo, para que muestre a sus
siervos lo que tiene que suceder pronto.
Dio la señal enviando su ángel a su siervo Juan.
Este, narrando lo que ha visto, se hace testigo de la palabra de Dios y del testimonio
de Jesucristo.
Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de esta profecía y tienen
presente lo que en ella está escrito, porque el plazo está cerca.
Juan a las siete iglesias de Asia: Gracia y paz a vosotros de parte del que es y era y
viene y de parte de los siete espíritus que están ante su trono.
Oí una voz que decía desde el cielo: Al ángel de la Iglesia de Éfeso escribe así: Esto
dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda entre los siete
candelabros de oro: Conozco tu manera de obrar, tu fatiga y tu aguante;sé que
no puedes soportar a los malvados, que pusiste a prueba a los que se llamaban
apóstoles sin serlo y descubriste que eran unos embusteros.
Eres tenaz, has sufrido por mí y no te has rendido a la fatiga;pero tengo en contra
tuya que has abandonado el amor primero.
Recuerda de dónde has caído, conviértete y vuelve a proceder como antes.
Salmo responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6.
V/. Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida.
R/. Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida.
V/. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos;ni entra por la senda
de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino que su gozo es la
ley del Señor, y medita su ley día y noche. R/.
V/. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, y no
se marchitan sus hojas;y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
V/. No así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento;porque el Señor
protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 18, 35-43
En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde
del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello;y le explicaron: Pasa Jesús
Nazareno.
Entonces gritó: ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí! Los que iban delante le
regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: ¡Hijo de David, ten
compasión de mí! Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? El dijo: Señor, que
vea otra vez.
Jesús le contestó: Recobra la vista, tu fe te ha curado.
Enseguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios.
Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios.