La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Miércoles, 2022-12-14 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2, 1-10a
Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo;mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Hablamos, entre los perfectos, una sabiduría que no es de este mundo ni de los príncipes de este mundo, que quedan desvanecidos, sino que enseñamos una sabiduría divina, misteriosa, escondida, predestinada por Dios antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de este mundo la ha conocido;pues, si la hubiesen conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. Sino, como está escrito: «Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman.» Y Dios nos lo ha revelado por el Espíritu.
Salmo responsorial Sal 36, 3-4. 5-6. 30-31 (R.: 30a)
R. La boca del justo expone la sabiduría.
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad;sea el Señor tu
delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R.
Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el
amanecer, tu derecho como el mediodía. R.
La boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho;porque lleva en
el corazón la ley de su Dios, y sus pasos no vacilan. R.
Lc 14, 25-33
Lectura del libro de Isaías 45, 6b-8. 18. 21b-25
«Yo soy el Señor, y no hay otro:
artífice de la luz, creador de las tinieblas,
autor de la paz, creador de la desgracia;
yo, el Señor, hago todo esto.
Cielos, destilad el rocío;
nubes, derramad la victoria;
ábrase la tierra, y brote la salvación,
y con ella germine la justicia;
yo, el Señor, lo he creado.»
Así dice el Señor, creador del cielo
—él es Dios—,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mi.
Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra,
pues yo soy Dios, y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable:
"Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua";
dirán: “Sólo el Señor tiene la justicia y el poder."
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él;con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.»
Salmo responsorial Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14 (R/.: cf. Is 45, 8)
R. Cielos, destilad el rocío;nubes, derramad al Justo.
Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus
amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra
tierra. R/.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan;la
fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/.
El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante
él, la salvación seguirá sus pasos. R.
Aleluya Is 40, 9-10
Alza fuerte la voz, heraldo;mirad, el Señor Dios llega con poder.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 7, 19-23
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor:
—«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?»
Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron:
—«Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o
tenemos que esperar a otro?"»
Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos
espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.
Después contestó a los enviados:
—«Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos
andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los
pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.»