La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Sábado, 2021-11-13 lo siguiente:
Lectura del libro del Éxodo 32, 7-14
En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: -«Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un novillo de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto.”» Y el Señor añadió a Moisés. -«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.» Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: -«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Tendrán que decir los egipcios: “Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra”? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre.”» Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo. Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 105, 19-20. 21-22. 23 (R.: 4a)
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición;cambiaron su
gloria por la imagen de un toro que come hierba. R.
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas
en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R.
Dios hablaba ya de aniquilarlos;pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente
a él, para apartar su cólera del exterminio. R.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 12, 3-13
Hermanos: Por la gracia de Dios que me ha sido dada os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene, sino estimaos moderadamente, según la medida de la fe que Dios otorgó a cada uno. Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros y no desempeñan todos los miembros la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros miembros. Los dones que poseemos son diferentes, según la gracia que se nos ha dado, y se han de ejercer así: si es la profecía, teniendo en cuenta a los creyentes;si es el servicio, dedicándose a servir;el que enseña, aplicándose a enseñar;el que exhorta, a exhortar;el que se encarga de la distribución, hágalo con generosidad;el que preside, con empeño;el que reparte la limosna, con agrado. Que vuestra caridad no sea una farsa;aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados;en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración. Contribuid en las necesidades de los santos;practicad la hospitalidad. Palabra de Dios.
Aleluya y versículo antes del evangelio Jn 10, 14
Yo soy el buen Pastor -dice el Señor-, conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 35-38
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: -«La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos;rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.» Palabra del Señor.
Lectura del libro de la Sabiduría 18, 14-16;19, 6-9
Un silencio sereno lo envolvía todo, y al mediar la noche su carrera, tu Palabra
todopoderosa se abalanzó, como paladín inexorable, desde el trono real de los
cielos al país condenado.
Llevaba como espada afilada tu orden terminante;se detuvo y lo llenó todo de
muerte;pisaba la tierra y tocaba el cielo.
Toda la creación, cumpliendo tus órdenes, fue configurada de nuevo en su
naturaleza, para guardar incólumes a tus siervos.
Se vio la nube dando sombra al campamento, la tierra firme emergiendo donde
había antes agua, el mar Rojo convertido en camino practicable y el violento
oleaje hecho una vega verde;por allí pasaron, en formación compacta, los que
iban protegidos por tu mano, presenciando prodigios asombrosos.
Retozaban como potros y triscaban como corderos, alabándote a ti, Señor, su
libertador.
Salmo responsorial Sal 104, 2-3. 36-37. 42-43
V/. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
R/. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas;gloriaos de su
nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. R/.
V/. Hirió de muerte a los primogénitos del país, primicias de su virilidad. Sacó a
su pueblo cargado de oro y plata, y entre sus tribus nadie tropezaba. R/.
Porque se acordaba de la palabra sagrada que había dado a su siervo
Abrahán: sacó a su pueblo con alegría, a sus escogidos con gritos de triunfo. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre
sin desanimarse, les propuso esta parábola: Había un juez en una ciudad que ni
temía a Dios ni le importaban los hombres.
En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a
mi adversario»;por algún tiempo se negó, pero después se dijo: «Aunque ni
temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le
haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara».
Y el Señor añadió: Fijaos en lo que dice el juez injusto;pues Dios ¿no hará justicia a
sus elegidos que le gritan día y noche ? ¿o les dará largas ? Os digo que les hará
justicia sin tardar.
Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?