La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Jueves, 2025-03-13 lo siguiente:
Lectura del libro de Ester 14, 1. 3-5. 12-14
En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y
rezó así al Señor, Dios de Israel:
—«Señor mío, único rey nuestro.
Protégeme, que estoy sola
y no tengo otro defensor fuera de ti,
pues yo misma me he expuesto al peligro.
Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor,
escogiste a Israel entre las naciones,
a nuestros padres entre todos sus antepasados,
para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que hablas prometido.
Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación, y dame valor, Señor, rey de
los dioses y señor de poderosos.
Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león;
haz que cambie y aborrezca a nuestro enemigo, para que perezca con todos sus
cómplices.
A nosotros, líbranos con tu mano; y a mi, que no tengo otro auxilio fuera de ti,
protégeme tú, Señor, que lo sabes todo.»
Salmo responsorial Sal 137, 1-2a. 2bc y 3. 7c-8 (R/.: 3a)
R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me
postraré hacia tu santuario. R.
Daré gracias a tu nombre, por tu misericordia y tu lealtad; cuando te invoqué, me
escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.
Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu
misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R.
Versículo antes del evangelio Sal 50, 12a. 14a
Oh Dios, crea en mi un corazón puro, devuélveme la alegría de tu salvación.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien
pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide
pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas
buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los
que le piden!
En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la
Ley y los profetas.»