La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2020-07-13 lo siguiente:
Mi 6, 6-8
Salmo Responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-30
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Sabemos también que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó;a los que llamó, los justificó;a los que justificó, los glorificó. Palabra de Dios.
versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos;y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.» Palabra del Señor.
Lectura del Profeta Isaías 1, 11-17
¿Qué me importa el número de vuestros sacrificios ? dice el Señor.
Estoy harto de holocaustos de carneros, de grasa de cebones;la sangre de toros,
corderos y chivos no me agrada.
¿Por qué entráis a visitarme? ¿Quién pide algo de vuestras manos cuando pisáis mis
atrios ? .
No me traigáis más dones vacíos, más incienso execrable.
Novilunios, sábados, asambleas, no los aguanto.
Vuestras solemnidades y fiestas las detesto;se me han vuelto una carga que no
soporto más.
Cuando extendéis las manos cierro los ojos;aunque multipliquéis las plegarias, no
os escucharé.
Vuestras manos están llenas de sangre.
Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones: cesad de obrar mal,
aprended a obrar bien;buscad la justicia, defended al oprimido;sed abogados
del huérfano, defensores de la viuda.
Salmo responsorial Sal 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23
V/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.
V/. No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa ni un cabrito de tus rebaños. R/.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que
detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos ? R/.
Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿crees que soy como tú? Te acusaré, te lo
echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, , ese me honra;al que sigue buen camino le haré
ver la salvación de Dios. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 10, 34-11, 1
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: No penséis que he venido a la tierra a
sembrar paz: no he venido a sembrar paz, sino espadas.
He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera
con su suegra;los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí;el que
quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí;y el que no coge su
cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha
enviado;el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá paga de profeta;y el
que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga de justo.
El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos
pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para
enseñar y predicar en sus ciudades.