La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Lunes, 2020-01-13 lo siguiente:
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 18-25
Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo;pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega qué Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre;y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Salmo responsorial Sal 109, 1. 2. 3. 4 (R.: 4 bc)
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.» R.
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro;somete en la batalla a tus
enemigos. R.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados;yo mismo
te engendré como rocío, antes de la aurora.» R.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de
Melquisedec.» R.
Mt 5, 13-19
Comienzo del primer libro de Samuel 1, 1-8
Había un hombre sufita oriundo de Ramá, en la serranía de Efraín, llamado Elcaná,
hijo de Yeroján, hijo de Elihu, hijo de Toju, hijo de Suf, efraimita. Tenía dos
mujeres: una se llamaba Ana y la otra Fenina;Fenina tenía hijos, y Ana no los
tenía. Aquel hombre solía subir todos los años desde su pueblo, para adorar y
ofrecer sacrificios al Señor de los Ejércitos en Siló, donde estaban de sacerdotes
del Señor los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés.
Llegado el día de ofrecer el sacrificio, repartía raciones a su mujer Fenina para sus
hijos e hijas, mientras que a Ana le daba sólo una ración;y eso que la quería, pero
el Señor la había hecho estéril.
Su rival la insultaba, ensañándose con ella para mortificarla, porque el Señor la
había hecho estéril.
Así hacía año tras año;siempre que subían al templo del Señor, solía insultarla así.
Una vez Ana lloraba y no comía.
Y Elcaná su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras y no comes? , ¿por qué te afliges?
¿No te valgo yo más que diez hijos?
Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 14 y 17. 18-19.
V/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
V/. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la
salvación, .
invocando su nombre. R/.
V/. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre.
Señor. R/.
V/. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo;en el atrio de la
casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. R/.
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de
Dios.
Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la
Buena Noticia.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran
pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que
estaban en la barca repasando las redes.
Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon
con él.