La Iglesia Católica Romana, de acuerdo con el Calendario General Romano, celebra en Viernes, 2024-08-16 lo siguiente:
Dt 6, 3-9
Salmo Responsorial Sal 111, 1-2. 3-4. 5-7a. 7b-8. 9
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-30
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Sabemos también que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó. Palabra de Dios.
versículo antes del evangelio Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: -«Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.» Palabra del Señor.
Lectura del Profeta Ezequiel 16, 1-15. 60. 63
Me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus
abominaciones, diciendo: Esto dice el Señor: ¡Jerusalén! Eres cananea de casta y
de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita.
Fue así tu alumbramiento: El día en que naciste, no te cortaron el ombligo, no te
bañaron, ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales.
Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que
te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste.
Pasando yo a tu lado, te vi chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras
yacías en tu sangre: «Sigue viviendo y crece como brote campestre».
Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron y el vello te
brotó, pero estabas desnuda y en cueros.
Pasando de nuevo a tu lado, te vi en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto
para cubrir tu desnudez; te comprometí con juramento, hice alianza contigo —
oráculo del Señor— y fuiste mía.
Te bañé, te limpié la sangre, y te ungí con aceite.
Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda.
Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello.
Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la
cabeza.
Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de
harina, miel y aceite; estabas guapísima y prosperaste más que una reina.
Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te
atavié, —oráculo del Señor—.
Te sentiste segura en tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste
con el primero que pasaba.
Pero yo me acordé de la alianza que hice contigo cuando eras moza, y haré contigo
una alianza eterna, para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca
de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste, -oráculo del Señor-.
O también, si se prefiere:
Me acordare de la alianza que hice contigo, y tú te sonrojarás
Lectura del Profeta Ezequiel 16, 59-63
Así dice el Señor: Actuaré contigo conforme a tus acciones, pues menospreciaste el
juramento y quebrantaste la alianza.
Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza, y haré
contigo una alianza eterna.
Tú te acordarás de tu conducta y te sonrojarás, al acoger a tus hermanas, las
mayores y las más pequeñas; pues yo te las daré como hijas, mas no en virtud de
tu alianza.
Yo mismo haré alianza contigo y sabrás que yo soy el Señor, para que te acuerdes y
te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo
lo que hiciste, —oráculo del Señor—.
Salmo responsorial Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6
V/. Ha cesado tu ira y me has consolado.
R/. Ha cesado tu ira y me has consolado.
V/. El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi
poder es el Señor, él fue mi salvación.
Y sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación. R/.
V/. Dad gracias al Señor, invocad su nombre; contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad
jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel».
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 19, 3-12
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron para ponerlo a
prueba: ¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo? El les
respondió: ¿No habéis leído que el Creador en el principio los creó hombre y
mujer, y dijo: «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá
a su mujer, y serán los dos una sola carne» ? De modo que ya no son dos sino una
sola carne.
Pues lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
Ellos insistieron: ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse? El
le contestó: Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras
mujeres; pero al principio no era así.
Ahora os digo yo que si uno se divorcia de su mujer─no hablo de prostitución─y se
casa con otra comete adulterio.
Los discípulos le replicaron: Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae
cuenta casarse.
Pero él les dijo: No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don.
Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los
hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el Reino de los Cielos.
El que pueda con esto, que lo haga.